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22.4.11

Volviendo a los procesos de formación

Planeación y ejecución… ¡He aquí nuestra primera lección!

En los últimos años hemos sido testigos de una evolución en los conceptos manejados durante las rutinas de cheerleading competitivo, hemos visto como un segmento de partner stunt paso de ser un momento de mucha fuerza y control, a uno muy coreográfico y casi sublime acompañado por canciones que hacen ver fácil hasta la más exigente de las flexibilidades, hemos visto como el segmento de acrobacia es una apuesta al todo o nada donde se deben mostrar las transiciones más complicadas incluso al punto de jugar en el límite de la deducciones, cuando antes era mejor mostrar ejecuciones más precisas y definidas. Rutinas extremadamente complejas, transiciones planimétricas intrincadas, manejos novedosos del espacio y efectos visuales por montones son el énfasis actual de una rutina de cheerleading, si bien la importancia de mostrar una buena técnica no se ha olvidado, la necesidad de tener muchos ejecutantes por cada tipo de habilidad hacen que la búsqueda de la perfección en cada habilidad se deje de lado y sea reemplazado por el afán de lograr que todo un equipo ejecute una misma habilidad.
Sé que nos maravillamos cada vez que vemos como un equipo estadounidense hace una variación coreográfica en un partner o se inventa un nuevo cruce en gimnasia o desarrolla una combinación complicadísima de saltos, se ve bien, es impactante, ciertamente da muchos puntos, y lo mejor de todo luce fácil, se ve realmente accequible a nuestro equipo. Pues bien, nada es imposible para nuestros deportistas, ni para nuestro equipo, pero no podemos pretender que logren las ejecuciones de la noche a la mañana, sin el debido entrenamiento, sin fortalecer el cuerpo, sin ser flexibles, sin haber entrenado la coordinación y la motricidad para cada habilidad.
El nivel de habilidad y dificultad que logran nuestros alumnos es proporcional al tiempo que les dedicamos, no solamente el resultado de nuestra imaginación y deseo.

Estoy seguro que este fenómeno sucede en Estados Unidos, pero seguramente sucede a un nivel mucho menor que el que vemos en la actualidad en nuestro país. Hace pocos días he quedado sorprendido con el comentario de un entrenador hacia uno de sus alumnos, cuando le reclamaba por no lograr hacer una habilidad coreografiada en su rutina con las siguientes palabras: … ¿O le sale, o se va? … y me he preguntado yo: ¿Acaso este deportista no paga una mensualidad para ser enseñado?… Jamas vi que el entrenador explicara la técnica de la habilidad para que fuera clara para todos… pero sin embargo les gritaba por olvidar detalles que según él son básicos … ¿Habrá él explicado estos detalles antes hasta asegurarse que todos los entendieran?… para completar la escena les reclama a las flyers por no hacer puntas y no extender las rodillas en un heel stretch, si no estoy mal se los repitió unas 8 veces en 10 minutos… si de algo estoy seguro es que un deportista no estira la rodilla o hace puntas en un habilidad a punta de gritos repetitivos, este tipo de movimientos requieren concientización y solamente se logra a través de ejercicios diseñados para eso.

Otra cara del fenómeno, es que cada vez más - algunos entrenadores - especialmente de las mal llamadas “escuelas de formación” exigen a los deportistas tener ciertas habilidades para poder ingresar o exigen a sus deportistas sacar habilidades por su propia cuenta, ya que el único interés del entrenador es unir en rutina las habilidades ya existentes… ¿Qué están realmente “formando” estas escuelas si los entrenadores solo se dedican a coreografiar?... Obviamente no estoy generalizando, pero este proceso deja expuesto al deportista a un sin número de errores metodológicos en el entrenamiento que este no conoce y mucho menos sabe que comete; es aquí cuando vemos las ligas y gimnasios llenos de deportistas sin ningún tipo de orientación o supervisión, aprendiendo a hacer gimnasia por prueba y error, tratando de estirarse unos a otros, corrigiéndose entre ellos cuando ninguno realmente entiende la técnica apropiada, deportistas que no saben cómo calentar sus cuerpos o que estirar antes de empezar a entrenar; y se vuelve evidente que: el riesgo de lesiones aumenta, la inseguridad en las habilidades se hace notable, se ven diversidad de técnicas y ejecuciones dentro de un mismo equipo, incluso el dinero se hace insuficiente para cubrir los entrenamientos oficiales y los entrenamientos extra que ellos deben cubrir. Es como el profesor de matemáticas que no enseña los números pero quiere que todos sepan sumar.
Mientras tanto en la otra cara de la moneda… Es un poco frustrante, creo yo, para algunos entrenadores ver como forman deportistas empezando de ceros, para que estos luego hagan parte de otros equipos o escuelas, Es cierto que la decisión final de cambiar de equipo es del deportista, pero se por muchos casos que he visto durante 10 años, que estos cambios de equipo suceden cuando el deportista ve y siente que su entrenador ya no le puede ofrecer más, y es ahí donde busca nuevas opciones, lamentablemente para el deportista, llega a un ambiente mucho más competitivo donde no cuenta con una asesoría y debe valerse de lo poco o mucho que sabe para responder con la exigencia, sin poder evitar caer en los vacíos metodológicos del entrenamiento auto dirigido y sin planeación.

Entonces, por un lado la sensación de no recibir lo suficiente de su primer entrenador y por el otro lado la de no recibir lo suficiente de su segundo entrenador, como diría yo: ESTAMOS JODIDOS!

Realmente, con algo de temor y tristeza, vemos como la generación más talentosa de cheerleaders que ha tenido Chile, jóvenes muy talentosos entre los 14 y 24 años, están llenos de lesiones, dolores los cuales aprendieron a ignorar, han sufrido esguinces y desgarres, luxaciones y fracturas a su corta edad, sufren de lumbagos, cuadros espasmódicos, distenciones, retracciones, en general son deportistas que salen de una lesión a otra, el ciclo pareciera no terminar nunca.

Deportistas Frustrados y desilusionados son nuestra mayor vulnerabilidad

Ahora bien, no está mal que el deportista quiera avanzar por sí solo, no está mal que decida tener entrenamientos extra, de por si es bastante útil para el equipo, pero si cuenta con nuestra guía y con nuestra colaboración para diseñar y planear su entrenamiento los resultados serán más y mejores y menores las lesiones.

La forma más efectiva de ayudar a nuestros deportistas es haciendo nuestras sesiones de entrenamiento tan completas que no requieran tener sesiones extra, estas sesiones de entrenamiento deberían incluir un muy buen calentamiento, rutina cardiovascular, acondicionamiento específico, trabajo de técnica, ejecución y dificultad, sin olvidar un espacio importante para la flexibilidad, además de un momento de integración grupal y unidad de equipo. Por sobre todo lo anterior, los tiempos para hidratar y recuperar el aliento son aún más importantes, ya que permiten un mejor desempeño del deportista a lo largo de toda la práctica.
Planear nuestros entrenamientos con anterioridad evita que improvisemos y perdamos tiempo probando habilidades o ejercicios para los cuales nuestros deportistas no están preparados; también la planeación nos permite controlar por tiempo cada segmento del entrenamiento y asegurar que la práctica no se extenderá más allá de lo establecido. Prácticas demasiado largas suelen ser extenuantes y agotadoras y al final de estas es cuando suelen presentarse la mayoría de las lesiones debido al agotamiento muscular o a la desconcentración causada por la deshidratación y el gasto energético.

Muy importante es también planear nuestra temporada de competencia, con esto me refiero a establecer periodos durante todo el año que permitan preparar física y mentalmente a los deportistas para las cargas que soportarán durante el año, así como ir subiendo el nivel de técnica y dificultad hasta el momento de competir y al final, pasada la competencia, tener un periodo de descanso activo que permita al deportista recuperarse del cansancio mental y corporal del año, estos periodos comúnmente se conocen como, precompetitivo, competitivo y de recuperación.

La planeación genera la sensación de estabilidad al interior del equipo, permite que los deportistas se enfoquen en las metas grupales.

Este tipo de planeación evita que gastemos demasiado tiempo enseñando y probando las habilidades que queremos para el año, que terminemos montando rutina de afán y sobre el tiempo de competir, impide que durante la temporada de competencias tengamos que replantear nuestra rutina en caso de no lograr alguna habilidad y evita por sobre todo lesiones debido al constante cambio de instrucciones y decisiones.
Esta planeación debe contener metas claras y tiempos precisos establecidos para lograr cada meta, además de contar con opciones y planes alternos en caso de presentarse percances y contratiempos: como el clima, inasistencia de los deportistas, actividades extra como exhibiciones. La planeación y las metas propuestas deben ser claras para el equipo, para que de esta manera ellos también pueden programar sus agendas y más importante aún mentalizarse para el año que viene por delante, lo cual los mantiene motivados y consientes de los retos que se les han propuesto; recordemos que muchas veces la falta de estos retos, son los que hacen que nuestros alumnos decidan asistir a otros equipos o escuelas, solo con el fin de cambiar de ambiente y sentir un cambio en la exigencia o peor aún porque sienten que su trabajo no va para ningún lado.
Marvin_4La implementación de este tipo de logística al interior de nuestros equipos, hará disminuir la deserción de nuestros equipos y la constante movilidad de deportistas de un equipo a otro; además erradicará escenas como la del entrenador que les mencioné anteriormente, porque todo estará planeado y no habrá necesidad de atropellar al deportista con exigencias absurdas y lesionadoras. “Si ellos no saben cómo se hace, es porque no se los hemos enseñado, así que el error es nuestro”. Si bien no se trata de consentir al deportista, porque no es nuestro interés, si se trata de exigirle su máximo pero garantizándole seguridad y confortabilidad.
Luego de estos entrenamientos planeados inteligente y metodológicamente tenga por seguro que sus alumnos habrán aprendido como llevar a término exitosamente una sesión de entrenamiento, sabrán lo que deben incluir en ella y podrán hacer modificaciones según sus metas individuales y más importante aún reducirán el riesgo a sufrir una lesión.
“Señores entrenadores, la prioridad son nuestros deportistas no nuestras rutinas, las prioridad son nuestros procesos no los resultados, seguramente si nuestros deportistas y nuestros procesos están bien, nuestras rutinas y nuestros resultados serán los esperados”.

La consecución de los sueños no justifica  los medios, especialmente cuando son los sueños de nuestro equipo.

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